El de las pilas es uno de los temas más importantes a la hora de hablar de reciclaje en el día a día.
Y lo es por diversas razones. La primera es lo extendido que está el uso de pilas y baterías en nuestra sociedad moderna, lo que hace enorme el volumen de estas que tiene que desecharse casi a diario. La segunda es que, en la actualidad, no existen pilas que no sean contaminantes, ya que todas ellas contienen materiales, sobre todo metales, que pueden llegar a serlo, algunos de ellos especialmente nocivos como zinc o plomo. Y, por último, no hay que pasar por alto el hecho de que muchas veces no sabemos exactamente qué hacer con las pilas usadas, cómo gestionarlas y dónde mandarlas a reciclar.
Por ello, las preguntas relacionadas con el tratamiento de las pilas usadas son tan numerosas y frecuentes. La primera de ellas es si todas las pilas son reciclables, y la respuesta es que sí, que con la adecuada tecnología, de todas las pilas se pueden extraer materiales para reciclarlos. Eso sí, hemos de tener en cuenta que a estos efectos no todas las pilas son iguales y que tampoco todas deben ser llevadas al mismo sitio para reciclar.
Los dos grandes tipos de pilas
Fundamentalmente podemos citar dos grandes tipos: las de uso doméstico y las de uso industrial. Al conjunto de la población le interesa más, naturalmente, el primero de los supuestos. Estas pilas puedes depositarlas en contenedores creados al efecto que verás en multitud de comercios, como joyerías, tiendas de juguetes, de electrónica o de material deportivo y otros. Asimismo, aparecen en grandes superficies comerciales e, incluso a veces en la propia calle, junto con otros contenedores, en los llamados minipuntos limpios. Lo más cómodo es que cada vez que tengas que comprar una pila nueva lleves contigo la gastada, puesto que donde adquieras la primera seguramente exista un punto para depositar la vieja y así facilitarte la tarea de reciclar pilas.
En cuanto a las de origen industrial, deberán almacenarse en las empresas y depositarlas en un lugar adecuado para ello o bien contratar un servicio de recogida de pilas usadas.
Al margen de esto, y de forma evidente, la primera recomendación sería que cada uno procurásemos, dentro de lo posible, una reducción de su consumo. Esto se puede hacer intentando evitar la compra de aparatos que consuman pilas o utilizando, en su caso, baterías de carácter recargable. Además, en el caso de tener que consumir pilas procuraremos que no tengan origen dudoso o sean "excesivamente baratas", porque lo más seguro es que esas contaminen más.
De esta manera, con solo un poco de esfuerzo entre todos podemos ir poniendo, poco a poco, nuestro granito de arena para preservar el medio ambiente.