Analizamos los bosques sostenibles, aquellos cuya cubierta forestal se explota de forma controlada para evitar su merma
En el marco de una tendencia global hacia la búsqueda de la eficiencia energética y la sostenibilidad, la gestión de la cubierta forestal y la explotación de esta biomasa de forma sostenible conforman temas de candente actualidad. Frenar la tala indiscriminada de los bosques representa un aspecto vital para reducir las emisiones de carbono y para frenar el cambio climático. Así se reconoció, por lo menos, el año pasado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
¿Por qué los bosques contribuyen a frenar el cambio climático?
En su proceso de crecimiento, los bosques "almacenan" en su biomasa los gases de efecto invernadero, pero, además, en el propio proceso de deforestación boscosa se emiten muchos de ellos. Resulta vital emprender acciones para conservar la cubierta forestal en los países en vías de desarrollo, ya que aquí todavía se conserva la mayor parte de este recurso aunque, no obstante, también se produce una explotación más indiscriminada.
En este sentido, un ejemplo para tener en cuenta es Costa Rica. Este diminuto país ha llevado a cabo notables esfuerzos en materia de sostenibilidad e inversión en energías renovables. En un período de tiempo relativamente corto, se ha pasado de la deforestación radical e indiscriminada (un 75% de cubierta forestal se convirtió en un 21%) a introducir modelos de gestión forestal sostenible. También se ha buscado un apoyo económico mediante el uso inteligente del turismo ecológico.
Se debe considerar igualmente que, muchas veces, la deforestación se produce por cuestiones de mera necesidad. Mil trescientos millones de personas carecen hoy de acceso a la energía eléctrica, lo que los lleva a ser "cautivos" de la quema de biomasa leñosa para obtener calor o cocinar alimentos. Precisamente, este tipo de combustión tradicional ocasiona también severos problemas para quienes lo inhalan de forma reiterada, especialmente en espacios reducidos. Por tal motivo, en la actualidad se distribuyen cocinas mejoradas para mitigar el problema. Se aumenta así la eficiencia con un consumo menor a la vez que se protege la salud de las personas.
En suma, cabría la posibilidad de aumentar los bosques sostenibles solamente mediante el uso de las adecuadas labores de gestión, silvicultura y reforestación. No en vano, un producto elaborado en madera siempre resultará más ecológico que su equivalente en plástico u otros materiales. Por su parte, se ha de señalar que en Europa la superficie forestal ha comenzado a aumentar de nuevo sensiblemente. Sin embargo, en España aún tenemos una tarea pendiente ya que, del 60 % de nuestra superficie arbolada en todo el territorio, únicamente el 7% se gestiona de forma sostenible.
Resulta vital, en consecuencia, una mayor concienciación y que los propios consumidores reclamen productos cuya manufactura respete unos cánones de sostenibilidad, como la elaboración de bolsas de papel en cuya confección se haya respetado el medio ambiente.